Después de casi un año de trabajo, el pasado 14 de octubre fue acabada la marcha La Tristeza de María, última del ciclo y que viene a cerrar un periodo de más de 10 años dedicados a la composición.
La marcha, trabajada entre fugas y temas contrapuntísticos, refleja distintos grados de la tristeza representada en las distintas advocaciones de María, tales como la amargura, la soledad, la resignación o la esperanza.
La dedicatoria personal es a dos personas que han sido muy importantes en el ámbito compositivo personal. La primera, Julia Cabello, sin cuyo apoyo e interés no se habría escrito nunca esta pieza, siendo la responsable emocional de la finalización de la misma. La segunda, Carlos Llano, compañero de profesión y amigo común en el deseo de continua superación musical.
En otro orden de cosas, La Tristeza de María supone la retirada definitiva de la composición, motivado, entre otras cosas, por la falta de tiempo necesaria para el estudio y creación de marchas cada vez más exigentes. Dicha falta de tiempo está causada principalmente por la dedicación a otros campos musicales, tales como la labor de arreglista y, sobre todo, la dirección orquestal.
Así, esta marcha se une a la Marcha de Gloria nº1, la cual también está pendiente de estreno, aunque ésta última sin fecha definida, así como otros esbozos que irán viendo la luz conforme disponga de tiempo.
No me queda otra que acabar dando las gracias públicamente a todos aquellos que me han apoyado, enseñado y prestado su tiempo durante esta etapa, sin olvidarme de las hermandades y bandas que confiaron en mí y a todos aquellos que, de una u otra forma, me han aportado algo para crecer como músico y persona.
Gracias.
Celestino González.
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