Entrevista con Celestino González, músico
por: Antonio Cañas
Para el foro cofrade: http://tabernacofrade.net
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Antonio Cañas - Bueno, Celestino, cuéntame un poco de tu vida como músico y cofrade.
Celestino González- Pues nací en Cartaya, hace 22 años. Con 6 me apunté, como muchos críos, a la escuela de música de mi pueblo, y allí aprendí a tocar la percusión. Con 17 años tuve que dejar la banda para dedicarme a mi carrera de Informática. Ahora mismo colaboro tocando con la banda Virgen de Consolación de Huelva. Mi formación ha sido prácticamente autodidacta, a base de buscar partituras y libros, aunque he asistido a algún que otro cursillo de armonía.
Con respecto a la semana santa, siempre he estado ligado a ella. Mi padre era capataz del Cristo de la Vera+Cruz de mi pueblo, e incluso salí de contraguía con él, con 8 añitos. En los ensayos de costaleros estaba pendiente a las marchas y en la banda me las sabía todas. En fin, mi vida no se entiende sin semana santa y sin banda de música.
A.C.- Y supongo que en tu banda de música es donde te dió por componer. ¿Cuántas has compuesto hasta hoy? ¿Con cuál te sientes más identificado?
C.G.- Pues desde Sombras de Palio en Cartaya, a Rocío y Esperanza (aún por estrenar) van 12 marchas. Desde la más fúnebre, como A mi Virgen del Valle, hasta la más alegre y “cornetera” como Coronación en el Realejo, pasando por marchas lentas como Una Lenta Revirá, o Coronada para tu Centenario, Trinidad.
¿Con cual me identifico más? Pues es difícil quedarme con una, aunque yo le tengo mucho cariño a la marcha A mi Virgen del Valle. Sin embargo, por melodías me quedo con Coronación en el Realejo y con Una Lenta Revirá. Por instrumentación me quedo con Santo Entierro, porque ha supuesto un antes y un después en mi forma de escribir.
A.C.- ¿Qué es para tí la marcha procesional? ¿Es tu estilo como bien dice tu madre, “demasiado triste”?
C.G.- Si, es posible, aunque he ido aprendiendo mucho desde que empezara. Mis marchas siempre tienen cierto toque de tristeza y melancolía, y si buscamos, salvo Coronación en el Realejo, no hay ninguna marcha de procesión, de las llamadas “de bulla”, con cornetas y con un ritmo vivo. Aunque tengo que confesar que he usado las cajas chinas alguna que otra vez, conforme he ido aprendiendo he ido buscando más la elegancia, e intentar hacer marchas que sean igual de alegres y andaluzas, (por llamarlo de alguna forma) que otras marchas de menos calidad que han sido compuestas como si fueran canciones de verano: poca calidad, muchos solos y exceso de melodías supuestamente flamencas.
A.C.- Entonces tú crees que los solos de instrumentos se escriben buscando el aplauso fácil...
C.G.- Viendo el abuso de solos de trompeta y flautín que hay, sí; lo poquito agrada y lo mucho cansa. Y lo dice uno que también ha hecho uso del sólo de flautín en Coronación en el Realejo. A veces hay que adaptarse también a los gustos de la hermandad, e incluí este sólo, aunque tengo que decir que no es el típico sólo rociero. Es simplemente una melodía más. Aunque mi producción tiene solos de casi todos los instrumentos: oboe, trombón, trompa, etc, han sido incluidos por ser mi pequeño homenaje a mis amigos instrumentistas. El único inconveniente que les encuentro es que al escribir un sólo, ha de ser pensado para la calle, donde el sonido se pierde fácilmente.
A.C.- Hay un tema que siempre está presente, que es si se compone pensando en la imagen a la que se dedicará. ¿Es más un mito que una realidad?
C.G.- Yo creo, Antonio, que eso es más mito que otra cosa. Yo he compuesto marchas a imágenes que ni siquiera había visto, y no por ello son peores marchas. Lo que sí influye son las ganas. Hay muchas marchas que se ve de lejos las pocas ganas que ha puesto el autor al crearla, y eso para mí sí es importante. El problema es que a la gente le gusta que si haces una marcha, tú digas que te has inspirado en su titular. A mi lo que sí me gusta, personalmente, es interesarme por la hermandad y sentirme identificado con ella.
A.C.- Sueles ponerle título a la obra: cuando inicias su composición, cuando la terminas, cuando algo te lo inspira o dependiendo de qué hermandad te la encargue. ¿Qué es lo que realmente determina el título?
C.G.- Ahora mismo tengo varios títulos en mente para futuras marchas. Normalmente suelo tener el título antes de acabarla. Pero sin duda, el título con más significado es el de Una Lenta Revirá, dedicada a la Virgen del Refugio de Huelva. El título se debe a cierta revirá que recuerda mi padre de dicho palio, en la esquina del hotel Tartessos, la cual se le quedó grabada y que es descrita musicalmente en la marcha.
A.C.- Y entonces, un aspecto que me tiene intrigado desde que lo conocí, ¿como surge en tu primera marcha un título tan bello y original?
C.G.- El título de Sombras de Palio en Cartaya surge después de buscar algunos títulos, que de por sí ya eran demasiado rebuscados. Y éste era el menos complicado. De verdad, yo por entonces los títulos que ponía... Nada más hay que ver el de Coronada para tu Centenario, Trinidad, que he estado a punto de cambiarlo por otro. El título tenía que ser un homenaje a la semana santa de mi pueblo, y se me ocurrió ese.
A.C.- Pues que conste, que es de los título mas bonito de los que conozco, y tú lo sabes.
A.C.- Ya que tenemos por aquí a Teresa, que nos ha informado sobre el concurso de marchas de Santander, ¿crees que los concursos contribuyen de manera eficaz a aumentar el patrimonio y la calidad de este?
C.G.- Cierto. Un concurso puede dar mucha vida. De concursos han salido siempre grandes marchas, caso de Lignum Crucis, de Alberto Barea, Hossana in Excelsis, de Oscar Navarro o La Soledad, de Pedro Morales. También gana calidad cuando se presenta gente preparada y que lo trabaja a conciencia, buscando sacar siempre su mejor marcha.
A.C.- Ya te comenté hace tiempo que te presentaras, pero no has querido...
C.G.- Hay que tener calidad, y yo aún estoy aprendiendo, y me queda mucho por aprender. Pienso que esos concursos son para gente que sabe mucho del tema. Yo aún no me considero más que un músico que ha compuesto algunas marchas.
A.C.- Y bueno, hablando ahora de temas más generales, ¿crees que el género está pasando por un buen momento?
C.G.- Sí. Ahora mismo hay muchos autores buenos, y hay ganas de las hermandades por hacer unos repertorios variados, que han habido años en que siempre se escuchaba las mismas marchas. Se están desempolvando muchas marchas buenas que han permanecido olvidadas y que están haciendo que ahora mismo haya mucha calidad disponible en los repertorios.
A.C.- De hecho, sin buenos compositores sería difícil avanzar, pero yo sé que tú tienes tus predilectos. Te gusta mucho Manuel Borrego, del cual vamos a hablar dentro de un momento, pero seguro que tienes algunos más
C.G.- Pues entre ellos, quizás los mejores a mi entender, José Manuel Bernal, David Hurtado y Eloy García, por las armonías y las instrumentaciones que aplican. También me gustan mucho las marchas que hacen Francisco Pastor, sobre todo las fúnebres, (me encantan Cristo de la Caridad y Nuestra Señora de las Penas) y en el ámbito de las agrupaciones, Nicolás Barbero, que de lo poco que conozco del género para mí es el mejor.
Otro por quien tengo admiración es Javier López Padilla, que sea quizás con el que más identificado me sienta, por el uso que hace de los metales, y por el tipo de marchas que compone (Siempre en el Recuerdo, Al Señor de la Humildad...). Además de por ser percusionista, como un servidor, ya que no abundan los compositores percusionistas. Al menos, de los que conozco, tan sólo Alberto Barea lo es también.
Sin embargo no he nombrado aún a Huelva, y aquí yo me quedo sin dudarlo con Rosario de Huelva, de Vicente Sanchís. No conozco sus otras marchas, pero esta me parece preciosa, y por suerte se puede oír tras su Virgen.
A.C.-Esos que has nombrado son todos, digamos, autores actuales. ¿No eres de Farfán y compañía?
C.G.- Bueno, también, y me quedo sin dudarlo con D. Pedro Gámez y D. Manuel Borrego. Del primero destaco Saeta Cordobesa y Ntra. Sra. del Socorro, con sus fugas iniciales, aunque quizás su obra cumbre sea Salve Regina Martirum. Del segundo, IV Dolor, Ntra. Sra. de Regla son las más emotivas y complejas. Pero es que de Gámez tampoco puedo dejar atrás Ntra. Sra. del Patrocinio. Son tantas que me cuesta elegir, y no siempre una marcha por ser fúnebre es mejor que una alegre.
A.C.-Y sin embargo, al preguntar por grandes marchas me respondes con marchas fúnebres...
C.G.- Y la mayoría de la gente nombra como las grandes marchas a marchas fúnebres. Es verdad que tienen más posibilidades, pero hacer una gran marcha de procesión, como Esperanza Salesiana de Bernal, con sus cornetas, su fuerte de bajos y su trío, no está al alcance de todo el mundo. Y quizás no me equivoque si digo que es más difícil hacer una gran obra como marcha de procesión que como marcha fúnebre.
A.C.- Como te comentaba te voy a preguntar sobre las Marchas de Manuel Borrego. ¿Son un tostón? ¿O es que no entendemos? ¿Por qué te gusta estudiarle cuando es mas fácil y rentable estudiar a Abel Moreno, (por ejemplo)? La verdad que no termino de entender cómo es tu preferido...
C.G.- Las marchas de Borrego no son para todo el mundo. Ponerse a oír Ntra. Sra. de Regla puede ser insufrible, también si no se escucha una buena versión de esta dificilísima marcha. Y cuesta cogerle el sentido. Ahora me encanta, pero al principio la odiaba. Borrego tiene otra forma de entender la marcha, sobre todo por las melodías que usa, el desarrollo de los temas, y por los cambios constantes de tonalidad. Sus marchas tienen una riqueza que muy pocas poseen, y eso lo hace interesante al estudio, porque te hace aprender.
Abel Moreno, por contrario, es más sencillo de ver, sobre todo al empezar. Todo en él es fácil y metódico. Yo empecé estudiando sus marchas, pero claro, para seguir avanzando uno no puede acomodarse en el primer escalón.
A.C.- ¿Qué lugar crees que ocupa la música en nuestros desfiles procesionales?
C.G.- La verdad que puede tener más importancia de la que se le da, pero me gusta que tenga esa importancia. Si no la tuviera no habría tantos compositores, ni se enriquecería el género (aunque para que se enriquezca haga falta que se compongan muchas buenas y malas, y tengamos que elegir las buenas). Recuerdo este año viendo el Santo Entierro de Sevilla, el paso de la urna, que va andando como si no llevara música; la banda municipal toca cuando es conveniente, pero sin tener en cuenta el paso. En este caso la música va como mera acompañante, ambientando musicalmente y expresando un dolor. En ese momento tocaban Memoria Eterna, de Beigbeder, y ha sido uno de los momentos más bonitos vividos por mí. Pero no toda la semana santa es así, y la variedad aporta. Hemos hablado mucho sobre palios, pero si nos vamos a Triana, San Benito o mi paso del Decreto, es quizá la parte de más espectáculo de nuestra semana santa, pero me gusta. Cierto que hay gente que va a ver a esas hermandades por cómo andan sus misterios, pero si no fuera así no sería la Semana Santa de Sevilla, (hablo de Sevilla porque es la que más conozco). El problema radica en cuando se pierde la fe y se centra todo en una cuadrilla. Ahí sí que hay un problema. Pero no sólo en el musical, sino en otros. Recuerdo hace poco cuando entré con unos amigos “capillitas” en una parroquia sevillana, a rezarle a una virgen a la cual le tengo cierto aprecio, y al salir me comentó mi compañera “lo mal que estaba vestida”. Sinceramente, cuando entras a rezar, lo que menos importa es cómo está vestida...
A.C.- Ahora bien, aunque estamos hablando en todo momento de música, el tratarse de un género con bastantes limitaciones, ¿piensas que se le da la debida importancia? Porque yo no estoy muy convencido.
C.G.- No lo sé, pero creo que los buenos de este género siempre estarán considerados como de segunda fila. Y me explico: hoy día la música que se compone va por unos caminos que se alejan demasiado del sistema tonal en el que se basan las marchas. Es como otro mundo, como si nos hubiésemos quedado “estancados” ante el avance de la música en general. Aún así, y no sólo por eso, cuando se compusieron las marchas de los Font, por poner un ejemplo en el que se aprecia un nacionalismo tardío, no tendrían nunca la consideración de los grandes, precisamente por ser la marcha procesional un género menor. Y sin embargo, existe una gran riqueza musical en sus pentagramas, que ya quisieran obras de mayor envergadura.
A.C.- Y sobre el foro, ¿cómo ves a tabernacofrade y sus “apedreados”?. ¿Lo estamos haciendo bien?
C.G.-El foro tiene vida, y sin duda, es el tema de aportaciones ante el que hay que quitarse el sombrero, puesto que contribuyen a la difusión de marchas que de otra forma, no conoceríamos siquiera. Además, se ve buen ambiente entre todos, nos guste el tipo de marcha que nos guste y el estilo que sea. Cada uno defiende su estilo libremente y eso me gusta.
A.C.- ¿Cuando vas a grabar una de tus composiciones y me vas a regalar el disco firmado? Ya tú sabes que hemos hablado mucho sobre esto, y sé que tienes ganas.
C.G.-Pues sí, la verdad, a quien no le gusta que se graben sus cosas, aunque tampoco me quita el sueño. Han existido ya varios intentos de grabar alguna marcha mía, pero al final no han salido adelante ninguno de ellos. Quizás el que más rabia me diera fuera el de la Coronación de la Misericordia de Granada, pero tampoco pierdo la esperanza de que algún día se grabe algo mío, y por supuesto que te lo regalaba firmado. Ese va para Segovia sin dudarlo.
A.C.- Y para terminar con esta charla, te voy a poner en un aprieto. Confiesa: una de la marchas “malas” que te guste bastante.
C.G.-Pues hay varias. Aniversario Macareno puede ser una, e incluso La Macarena de Paco Lola me gusta de entre las suyas, porque las demás de este hombre si que no me van. Sin embargo, el que en cada procesión que veo se toque Coronación de la Macarena, Pasan los Campanilleros y La Estrella Sublime me está haciendo cogerle un poco de manía a estas marchas, precisamente por el abuso a tocarlas siempre, y yo soy más amante de la variedad. Incluso he de decir que no me importa si a mi banda le piden Aires de Triana (marcha la cual no es de mi gusto) cuando en la mayoría del recorrido vienen pidiendo Mater Mea, La Quinta Angustia de Grau, Madre Hiniesta... En esos casos, algo puntual no debe suponer preocupación alguna.
A.C.-Pues muchas gracias, Celestino, y espero verte por aquí en otro momento, con más tiempo.
C.G.-De nada Antonio, ha sido un placer colaborar con vosotros.
Allá por el pasado mes de Julio, conocí en persona a nuestro forero Celestino González, el cual iba con sus padres, de paso por mi ciudad. Esta conversación bien pudo haber ocurrido en dicho momento, en el cual hablamos, entre tapa y tapa, de estos y otros asuntos.
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